Por qué Ramones es la mejor banda del mundo, en un video

Escrito por G.

Ramones en vivo 1978 por Lynn Goldsmith

Ramones. Foto por Lynn Goldsmith, 1978.

Ramones en vivo en Kansas City, 29 de Julio de 1978

Entre todo el ruido constante de las redes, de vez en cuando—muy de vez en cuando—aparece una verdadera joya. Así me encontré con esta rareza de video de los Ramones tocando en Kansas City en pleno 1978, filmado en Super-8 con sonido.

Lo primero que pasa por tu cabeza es: ¿será esta la mejor banda del mundo? ¿O la peor? El sonido está precario, y la banda por momentos suena desamarrada y tan cruda como el formato Super-8, sucio y desenfocado. Pero entonces notas su energía, escuchas gran canción tras gran canción, recuerdas que 1978 fue el año de The Bee Gees, el año en el que hasta los Rolling Stones estaban haciendo música disco. Y te das cuenta de que parece imposible que esta banda de desadaptados sea así de buena, y que tenga tantas buenas canciones.

Los cuatro Ramones se ven enormes, más grandes incluso que su gigante telón de fondo. “Ramones” y el sello diseñado por Arturo Vega que hoy adorna infinitas camisetas. Tan simple, pero tan poderoso.

Joey, a pesar de ser tan raro, es un gran líder y frontman, transmitiendo tanta energía y amor por las canciones que el público no puede evitar contagiarse. Dee Dee es un hombre loco saltando por todo el escenario, y puedes ver de dónde aprendieron sus movidas los posteriores saltadores del pop punk como Green Day y Blink 182.

Pero mientras que esos saltos se ven inmaduros y forzados, como un adulto saltando en la cama, los movimientos de Dee Dee se ven reales y necesarios. Creo en cada uno de sus movimientos, creo en que esa es su energía. Y recuerdo una historia de una de sus biografías, donde dice que ellos ni siquiera estaban intentando tocar extremadamente rápido de manera consciente, sino que esa era simplemente su energía, esa era la frecuencia en la que vibraban estos punks de Queens, Nueva York. Así se sentía bien para ellos. Puedes ver esa energía en Dee Dee aquí.

Johnny está haciendo su famosa guitarra motosierra, y es implacable, despiadado. A pesar de la actitud en contra del adorno musical y el arte que siempre mantuvo, creó una nueva forma de tocar la guitarra. Y ahí está, trabajando fuerte, y recuerdo cómo él nunca les decía “conciertos” a sus conciertos, o “shows” o “toques”, sino “trabajos”. “¿Cuándo es el siguiente trabajo?”, preguntaba, y al terminar nunca tocaba la guitarra, de la misma manera que un obrero no lleva su caja de herramientas a la casa.

Esto era un trabajo para él, así como sus primeros trabajos en construcción donde trabajaba junto a Dee Dee. Puedes sentir esto en la forma en que no hace ningún gran esfuerzo por conectar con el resto de la banda, de entrar en el groove, de tocar con Joey o si quiera esperarlos, pasando a toda velocidad por cada pista como una verdadera máquina.



Hay que darle mérito a Marky, que está haciendo todo lo posible para mantener el ritmo en lo que es probablemente su primera gira con la banda (se unió dos meses antes, en mayo de 1978, ante la petición del baterista fundador Tommy Ramone). Esta no es una tarea fácil en ninguna noche, mucho menos si se toman en cuenta las fechas de gira usuales para los Ramones, tocando casi todas las noches sin parar, y todo el show sin parar.

Mandan las canciones una tras otra, sin tregua para el público ni para ellos mismos. Por Dios, abrieron con “Rockaway Beach”, rápidamente seguida por “Blitzkrieg Bop”. Cualquier otra banda del mundo estaría feliz con solo una de esas canciones en su arsenal, y los Ramones tienen docenas.

Este concierto los muestra en lo que probablemente fue su mejor momento: jóvenes, crudos y con esperanzas. No olvidemos que Joey no quería ser un punk, sino uno de los mejores actos pop del planeta, como sus ídolos Elvis y los Beatles. Un poco tarde, y de manera diferente a lo que probablemente creían posible, pero lo lograron.

Son unos héroes, llevando la revolución a todos los adolescentes que no encajaban con la música que sonaba en la radio y que añoraban algo diferente, un pequeño teatro a la vez. Ya son unos íconos, más grandes que la vida real. Y este video, incompleto y de calidad cuestionable, de todas maneras es un tesoro. Es prueba de que los Ramones son la mejor banda del mundo.

 

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