‘Velox Veritas’: El paraíso oscuro de Rey Pila

Escrito por G.

Diego Solórzano, Rodrigo Blanco, Andrés Velasco y Miguel Hernández de Rey Pila. Fuente: Comunicado Velox Veritas.

Diego Solórzano, Rodrigo Blanco, Andrés Velasco y Miguel Hernández de Rey Pila.

Una máquina del tiempo que viajaba desde el futuro hacia los ochenta y de vuelta se dañó y aterrizó en Ciudad de México en nuestra era. De ella se bajaron cuatro amigos unidos por su amor por los sintetizadores análogos, guitarras robóticas, David Bowie y la estética del cine clásico de terror. Así suena Rey Pila, y en su nuevo disco, Velox Veritas, exploran diversas texturas y experimentan más que nunca.

El tercer álbum de estudio de la banda mexicana es la suma de los aprendizajes y experiencias de una década prolífica donde han tocado junto a artistas como Depeche Mode, Interpol, The Strokes, The Cure y el proyecto paralelo de Julian Casablancas, The Voidz. De estos últimos fueron compañeros de sello en Cult Records, incluso girando juntos por Latinoamérica en el Hollywood Bolívar Tour, que pasó por Colombia en octubre de 2017.

La historia de cómo terminaron siendo firmados por Julian Casablancas a su sello independiente tiene algo de buena suerte y humor. Casablancas le contó a NME que estaba saliendo de la oficina de Cult Records cuando escuchó una canción a todo volumen que lo impactó: “Pensé: ‘Wow, que sonido tan cool, esto suena como un éxito moderno, si la música pop fuera realmente genial’. De hecho yo estaba angustiado y desanimado porque quizás nunca podría saber cuál era esta canción mágica”. Pero Casablancas se dio cuenta que la canción estaba sonando en una oficina cercana. “Cuando fui a preguntar cuál era la canción, resultó que era una banda sin firmar que buscaba un sello. La canción era ‘Alexander’, la banda era Rey Pila”.

Fuente: @Cult_Records.

Fuente: @Cult_Records.

Lo demás es historia. Estando en Cult Records, Rey Pila lanzó su segundo álbum, The Future Sugar, en 2015, producido por Julian Casablancas y Chris Coady, quien ha trabajado con Yeah Yeah Yeahs y Beach House, entre otros. Dos años después, lanzaron el espectacular EP, The Wall of Goth, también producido por Casablancas, que siguió reafirmando su sonido particular: como si la banda sonora de una película de terror de los ochenta tuviera un hijo bailarín con David Bowie.

De esta experiencia junto al genio creativo que es Casablancas les quedaron muchos aprendizajes, y crecieron no solo como músicos, sino como personas. “Nos aportó a todos muchísimo; personalmente, como músicos y como banda”, nos contó Miguel Hernández, el hombre detrás del bajo y el sintetizador Moog en Rey Pila.

Además terminaron siendo amigos y compañeros de fútbol. “A Julian le gusta mucho el fútbol”, cuenta Miguel. “Íbamos al estudio dos horas y el güey llegaba y decía, ‘Vamos a jugar fútbol, ¿no?’ Entonces nos íbamos a jugar, regresábamos otras cuatro horas [y decía] ‘¿quieren ir a jugar fútbol otra vez?’”. Aunque ya son más amigos que compañeros de trabajo, Miguel reafirmó que después de la experiencia en Cult Records y de trabajar con Casablancas “definitivamente todos aprendimos y crecimos mucho”.

Todo ese crecimiento de diez años como banda está evidenciado en Velox Veritas, un álbum más maduro y más oscuro que sus trabajos anteriores. Un disco que se siente elaborado con paciencia y mucha atención al detalle por una banda que se conoce cada vez más y no le tiene miedo a tomar riesgos.

 
Portada Velox Veritas, por @doktorlakra.

Portada Velox Veritas, por @doktorlakra.

 

El miedo para Rey Pila aparece en el arte de algunas de sus portadas y videoclips, donde se nota la influencia de su amor por el cine de terror. Solo al guitarrista Andrés “El Güero” Velasco no le gustan las películas de terror porque le dan miedo, bromeó Miguel, aunque él también aprecia su estética. La portada del sencillo “Alexander” está influenciada por los afiches clásicos de películas de monstruos, y Wall of Goth tiene una portada influenciada por el afiche icónico de Halloween de John Carpenter.

Para la portada de Velox Veritas colaboraron con el artista mexicano Dr. Lakra, quien tiene un estudio de tatuajes con Rodrigo Blanco, también guitarrista de Rey Pila. Dr. Lakra tenía una colección de diapositivas viejísimas y en una de esas salía ese maniquí vestido de novia que él luego intervino con sus ilustraciones. Es una foto rara, misteriosa. “Nadie sabe de qué es”, nos contó Miguel.

Lo primero que la banda reveló de Velox Veritas fue el sencillo “Let It Burn”, con un sonido más industrial y pesado que lo anterior de Rey Pila. La percusión suena como la maquinaria de una fábrica demente, mientras el vocalista Diego Solórzano hace una crítica aguda de la situación actual de incertidumbre y tragedias predecibles, culminando con una invitación sombría en el coro: “Come on and let it burn / We can set the world on fire”.

Aunque la canción fue escrita hace un par de años, es un mensaje apropiado para el momento que atraviesa el mundo; música de fondo para el desespero por la pandemia y las protestas en contra del racismo en Estados Unidos, donde los manifestantes están literalmente prendiendo fuego a los símbolos de opresión.

La canción está acompañada de un videoclip animado por el artista Daniel Farah, que según él, incorpora ilustraciones medievales “resucitadas de libros antiguos traídas a la vida a través de las pantallas de plasma”. Comienza con dos frases que resumen la temática de la canción, “verdades a medias” e “historia selectiva”, antes de presentar el título del disco: “Velox Veritas”. Es una frase en latín que significa algo así como, “verdad inmediata”, que puede estar haciendo referencia a esas verdades ilusorias que las figuras de autoridad y las redes sociales nos han vendido y que Rey Pila busca confrontar en las letras del nuevo disco.

El segundo adelanto fue “Casting a Shadow”, una canción menos disonante y más cercana al synthpop de trabajos anteriores de la banda. Es una de las mejores canciones del disco. Según Diego, “es un pequeño tributo a nuestros compositores clásicos favoritos, con un toque de guitarras Brian May. Una de nuestras canciones favoritas del nuevo LP”.

El climax de la canción es un break de guitarras que parece compuesto por el fantasma de la ópera si le gustara salir de fiesta con música electrónica. Según Miguel, fueron uno o dos días enteros en el estudio dedicados a esas guitarras, y él tenía sus dudas: “Yo era de los que menos creía que eso pudiera funcionar y al final me parece que quedaron increíbles”. Es un gran ejemplo de cómo Rey Pila combina lo electrónico con lo más orgánico en su sonido, algo que no pueden evitar porque hace parte de su identidad. Entre risas Miguel nos dijo, “Creo que a las generaciones de ahora ya no les gusta la guitarra, pero a nosotros sí”.

También nos contó que el videoclip original para “Casting a Shadow” no les terminó de convencer faltando pocos días para su lanzamiento, entonces rodaron otro en cinco horas de la mano del director Jason Ramno. El video está influenciado de nuevo por cine de terror; esta vez por la estética del expresionismo alemán de Nosferatu y El gabinete del doctor Caligari. El ambiente de pesadilla y la iluminación dramática le quedan perfecto a una canción sobre nuestras batallas internas con la oscuridad y el estar atrapados entre el bien y el mal.

En el tercer sencillo del disco, “Drooling”, Rey Pila continúa la exploración de nuevos sonidos y muestra el alcance de su nuevo trabajo discográfico. La canción es un dancehall del futuro, incorporando un estilo inesperado para el cuarteto. Como bajista, Miguel reconocía que el beat tenía cierta onda reggae y molestaba a Diego con eso. “Yo siempre le decía: ‘güey, estamos tocando reggae’”, a lo que Diego se negaba, “¡No! ¿Cómo crees? Eso no es reggae”. Sea lo que sea, es una canción poderosa y contagiosa.

El video es una animación caleidoscópica, también del artista Daniel Farah. En este caso su trabajo es aún más ambicioso, incorporando una estética de gótico caribeño, imágenes de rituales vudú y sus símbolos en escenas cada vez más psicodélicas.

Todas las canciones fueron resultado del trabajo de Rey Pila en los estudios de Sonic Ranch durante dos años, donde también se produjo el EP Lucky No. 7, que sirvió como un puente entre el sonido anterior de la banda y Velox Veritas. Sonic Ranch queda en un pueblo fronterizo en Texas donde hay que manejar una hora para llegar a la ciudad más cercana. Es uno de los lugares favoritos de Rey Pila para grabar porque se pueden enfocar en la música de una manera casi meditativa.

“Quieras o no, todo el tiempo estás pensando en las canciones porque no hay otra cosa que hacer”, nos contó Miguel. “No puedes ir a ningún lado. Puedes meditar, o puedes estar en el estudio grabando, o puedes estar pensando en las canciones, o irte a andar en bici. Lo que más nos gusta del lugar es que te enfocas al 100% en lo que está pasando en ese momento, y lo que está pasando en ese momento cuando grabas un disco es que estás viviendo tu día por tema, por canción”.

Otro elemento clave de Velox Veritas fue la coproducción de la banda con Dave Sitek, guitarrista de TV On The Radio, leyenda de la ola de indie rock neoyorquino de principios de los 2000. Sitek fue considerado por la revista NME como uno de los 50 artistas e innovadores impulsando la música hacia el futuro. Con esa mirada hacia el futuro ayudó a Rey Pila a escoger las canciones del disco y según Miguel, a darle “una pincelada final a todo”.

Qué mejor persona para dar una mano a Rey Pila en su búsqueda por también impulsar su sonido hacia el futuro, como en “Dark Paradise”, otro corte de Velox Veritas con escasas guitarras pero una sobredosis de groove. Es imposible escuchar la canción sin mover alguna parte del cuerpo. Se sienten las influencias de bandas más electrónicas como Daft Punk y Justice, pero con una onda que remonta sutilmente al trópico. Quizás lo más especial de la canción es la melodía del coro, que suena extraña, hipnótica y muy memorable.

El videoclip de la canción muestra a la banda tocando en contraluz, los integrantes detrás de sintetizadores y otras máquinas, rodeados de luces y efectos visuales. Es un escenario apropiado para evocar los paraísos oscuros ya olvidados de los fines de semana, donde esta canción de Rey Pila encajaría perfecto.

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Todo el disco está atravesado por una preocupación muy contemporánea por el lado oscuro de la tecnología y la vida moderna. “My Friends Are Going Crazy”, otra canción para la pista de baile, o más bien, para bailar en pijama en medio del aislamiento social, es un juicio contundente de los efectos tóxicos de las redes sociales: “Need more distraction / boredom is killing me”.

El beat implacable de la primera mitad del disco descansa en “Steps (Pt. 2)”, una declaración de amor para alguien sin importar si es ángel o demonio. De todas maneras esa persona representa un alivio del caos alrededor, una linterna en medio de esa oscuridad retratada tan bien en Velox Veritas. Curiosamente, la primera parte de esta pareja de canciones se encuentra más adelante, como cierre del álbum. Aún más meditativa y suave que la parte dos, “Steps (Pt. 1)” comparte la misma temática. Podría ser otra página de la misma carta de amor, y es una bajada perfecta después de la celebración oscura del resto del álbum.

Lash Out” tiene tintes de hip hop y electrónica, y cuenta con la aparición de la vocalista Kittie Harloe respondiendo a la voz de Diego, algo bastante inusual para Rey Pila. Esta vez la letra explora una lucha con la culpa y los golpes internos que uno mismo se da; posiblemente por eso la importancia de una segunda voz que encarne el diálogo interno.

En “Josephine”, Rey Pila recupera las guitarras estilo The Cars que tienen bastante olvidadas en este disco. Es un sonido más parecido al Rey Pila de The Future Sugar, pero gigante, con unos sintetizadores graves dándole mucho peso a esta historia sobre el paso del tiempo y el efecto que tiene sobre las relaciones. El juego de guitarras armonizando también recuerda a Thin Lizzy o sus discípulos recientes, The Strokes. Aunque Rey Pila sea un proyecto de música más electrónica, la influencia de la banda de su amigo y alguna vez jefe de sello, Julian Casablancas, es innegable. En especial se siente en la voz de Diego, que por momentos retoma algunos matices muy característicos del líder de The Strokes.

Rey Pila: Miguel, Rodrigo, Diego y Andrés.

Rey Pila: Miguel, Rodrigo, Diego y Andrés.

Pero hay una canción donde las influencias no vienen del mundo del rock en absoluto. Es “la más diferente a Rey Pila que has oído”, según Miguel. “Over the Edge” tiene momentos de Diego rapeando mientras coros femeninos repiten la palabra “stress”, sobre un sonido de hi-hat innegablemente inspirado en el mundo del trap

“Esa canción en particular no estaba ni siquiera pensada”, nos contó Miguel. “Por completo se hizo en el estudio. Era una cosa muy rara entonces no sabíamos si sacarla o no sacarla, al final fue de las que escogió Dave Sitek”. De nuevo habla de los excesos de la vida moderna, las notificaciones incesantes en nuestros teléfonos, el insomnio, las pastillas. Una reflexión perfecta para el disco, con unos teclados celestiales al final que sugieren un alivio de ese estrés, una gota de esperanza, así sea porque las emociones por difíciles que sean siempre son algo temporal, como la vida misma.

Posiblemente el corte donde más se siente la influencia de la música electrónica de bandas como Justice es “Danger”, otro punto de vista sobre el estrés y la sensación de que hay peligro a la vuelta de cada esquina. La solución que encuentra Diego en este caso es engañar al cerebro y convencerse que puede sentirse bien. Es cierto que la vida es llena de peligro. Al fin y al cabo, lo único asegurado es que no vamos a salir vivos de ella. Este peligro que nos rodea quizás pocas veces se había sentido tan pronunciado como en medio de una pandemia global. Pero hay maneras de escapar de ese mundo, de enfrentar nuestros demonios y convencernos que todo va a estar bien, así sea por momentos. El paraíso oscuro que ofrece Rey Pila en Velox Veritas es un escape perfecto.


Espera pronto el video completo de nuestra entrevista con Miguel Hernández de Rey Pila.

Escucha Velox Veritas:


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