“La Pena” de Nicolás y los Fumadores
Con cada nueva canción, Nicolás y los Fumadores parecen estar explorando un nuevo estilo y rompiendo los paradigmas establecidos en su álbum debut, todo con un aire despreocupado y mucho sentido del humor.
En “La Pálida” experimentan con riffs y ruido que recuerdan al rock alternativo de los noventa para hablar del horrible malestar de un soponcio, patatús, o como lo quieran llamar, cuando lo único que queda es querer llamar a la mamá. Con arreglos corales y órgano de iglesia, “La Gloria” rompe expectativas con guiños a la estética católica (conoce toda la historia detrás de “La Gloria” en nuestro podcast). Ahora con “La Pena (Bolero Veraz)” compusieron un bolero clásico, pero al mejor estilo de los Fumadores.
Santiago “El Profe” García, Juan Carlos Sánchez, Luis Felipe Torres (alias “Satán”) y Nicolás Correa son creativos, inquietos, de gustos e influencias diversas, y eso se ve no solo en las creaciones de la banda sino en su forma recursiva de trabajar. Para el videoclip de “La Pena”, Juan Carlos dirigió y trabajaron con amigos y familia para lograr este retrato de una serenata miserable. Sebastián Vargas Flor hizo la dirección de fotografía, Lina Méndez la dirección de arte, Juanita Ortega la asistencia de fotografía y foto fija, y la producción estuvo a cargo de Paula Pedraza.
Hablamos en exclusiva con Santiago, Juan Carlos y Satán sobre la nueva canción y videoclip.
¿De dónde salió la idea de “La Pena”?
Santiago: Hace como dos años por ahí, Nicolás [Correa, guitarrista de la banda] estaba escuchando a Los Panchos, porque la abuela pone resto esa música, y se inspiró y compuso la progresión del bolero. Como al día siguiente le caí a la casa y terminamos tocando eso y mirando la estructura, y esa idea se quedó en el tintero mucho tiempo. Pero nunca se nos olvidó que estaba ahí. Ya luego la retomamos hace poquito y nos pusimos a pensar en la letra.
Juan Carlos: Teníamos la música, pero no sabíamos muy bien sobre qué escribir porque la idea sí era hacer un bolero muy “bolero”. Recuerdo que nos sentamos los cuatro en el estudio a escuchar boleros aleatoriamente y ver cuáles eran los lugares comunes, como de qué hablaban, y empezamos a hacer una lista de cosas que se repitieran. Era como: “corazón, alma, promesa de amor, cicatrices”. De hecho en esa lista la última era “la pena”, y recuerdo que empezamos a joder con “qué pena”. Podríamos arrancar de ahí: intentar armar una canción usando todas esas expresiones con la palabra “pena”. Y ahí empezamos a escribir la letra.
¿Esa frase de “Qué pena por haber dicho esas cosas tan machistas, y por no haber estado a la altura de nuestros tiempos” viene de alguna historia verdadera?
Santiago: De nada tan concreto, ¿no?...pero pues sí.
Juan Carlos: Yo creo que empezamos a pensar en cómo arrancar la canción usando “la pena” como algo doloroso; la traición amorosa así típica del bolero misógino, como, “ah, mujer traicionera”. Luego cuando ya pensamos en por qué uno pediría “qué pena” después de algo así, creo que fue muy espontáneo. No lo pensamos, fue automático.
Santiago: Como que sí…todos hemos sido un poco así.
Juan Carlos: Igual eso tuvo bastante discusión. Satán no estaba muy de acuerdo con eso.
Satán: A mí me incomodaba resto, porque tenía un sentido bien extraño, sobre todo con lo que iba después en la canción. Daba la impresión de que este man estaba pidiendo perdón y estaba diciendo eso solo como para volver con la chica. Cambiamos un pedazo de la letra por eso.
Santiago: Satán rescató esa letra. Nos rescató de caer en malinterpretación.
Satán: Estaba hablando con mi novia y ella me decía que eso estaba muy raro, que daba entender algo muy extraño.
Santiago: Entonces realmente fue su novia [risas].
Satán: Sí obvio, claro que sí.
Juan Carlos: Uno terminaba de escuchar la canción y se sentía como un man pidiéndole cacao a la novia y esgrimiendo esta carta de “Ay sí, yo he sido muy machista pero perdóname que esto puede ser mejor”, y pues, qué porquería. Obviamente eso era algo muy desagradable.
Santiago: Sí, exacto.
Juan Carlos: Entonces de ahí surgió la necesidad de dejar muy claro que el man está haciendo eso mucho tiempo después, cuando ya la vida tomó otro rumbo. Simplemente es una cosa que el man por primera vez piensa. Como, “Jueputa, llevo 20 años diciendo que esta vieja es una mierda y que me rompió el corazón y yo también fui una mierda. Y ya, solo quiero decirle qué pena por eso”.
Esto es interesante viniendo de una banda que tiene una canción que dice puntualmente, “eres una malparida”...
Santiago: Sí, es como una continuación. Hace poco que ensayamos y las tocamos seguidas, se siente un poco así. Como la canción toda adolescente pendeja y luego...sí funciona como dos partes de una historia. Me trama eso. Nada intencional, pero me gusta.
¿Sienten que es un riesgo hacer una canción estilo bolero?
Santiago: Pues yo no creo que sea un riesgo en el sentido de, ¿qué tenemos que arriesgar? Si igual no hay lukas de por medio, no tenemos un contrato con nadie. La idea musical era muy buena y era algo que pintaba ser muy divertido. Sí fue muy distinto a las demás canciones, porque fue más de estudio. Ahora es que estamos intentando montarla.
Juan Carlos: Exacto, el último ensayo fue intentar ver cómo putas tocábamos eso en vivo y fue un poco una paridera porque casi que no había manera de tocarla. A lo que llegamos fue hacer otra versión para poder tocarla en vivo.
Ya han lanzado “El Verano”, “La Pálida”, “La Gloria” y “La Pena”. ¿Eso habla un poco del tipo de contenido que va a haber en el nuevo disco? ¿Va a tener solo canciones sobre estas cosas como específicas?
Santiago: Pues primero que todo toca aclarar que el disco no está terminado [risas]. Pero sí todo nos ha ido llevando a eso y probablemente todas las canciones se llamen “La algo” o “El algo”. Eso fue pasando sin darnos cuenta.
Juan Carlos: Sí, en realidad no se planeó. No creo que tampoco sea algo como que los títulos definan los temas con los que nos vayamos a meter, que sí pasó con el primer disco. Nicolás tenía unos títulos para sus maquetas y a raíz de eso escribíamos. No creo que vaya a ser algo así en el sentido de “listo hablemos de tal cosa” y armamos una canción. Yo creo que va a ser un ejercicio mucho más mediocre de coger una cosa que tiene vida y autonomía, y embutirla en un nombre como sea, a las patadas, con tal de que quede “El tal” o “La tal”.
Santiago: Tiene toda la razón [risas].
Ya teniendo la canción, ¿en qué pensaron para construir el videoclip?
Juan Carlos: Ese videoclip fue un plan B realmente. Es que obviamente este año fue un poco caótico y no supimos sortearlo muy bien. Realmente nosotros pensábamos arrancar con un videoclip muy ambicioso de “La Gloria”, que no se pudo hacer. Yo creo que el bolero ni siquiera tenía una idea de videoclip en un principio. Era más como un sencillo más bien chiquito, y reservar la cosa del lanzamiento más serio para el último sencillo que queremos sacar, que es como la canción a la que todos le tenemos mucha fe y ojalá no sea un fracaso, porque todos creemos mucho en esa canción.
Entonces cuando no pudimos hacer el video de “La Gloria” empezamos a pensar en qué se podría hacer con el contexto del aislamiento. Nos pusimos a ver videos de Los Panchos, y de la nada llegamos a un video que realmente este videoclip en principio quería ser una especie de remake de ese video y ya.
Pero luego llegó en algún punto de la canción esta cosa de otro personaje que primero no tenía nombre, luego terminó siendo “David Andrés Garzón”. Al principio simplemente era como “este man con el que te metiste”. Era una serenata en principio para una señora y ya, y como que no pasaba mucho. Entonces Lina María [Lina Méndez, Dirección de arte] fue la que me dio la idea de que podía ser justamente el matrimonio recibiendo una serenata indeseada de este exnovio y creo que ahí fue que yo dije “ya, listo, tenemos un videoclip, ahora sí jueputa, es todo lo que necesitamos”.
Empezamos a pensar en cómo hacerlo y obviamente todo tenía que ser lo más cercano posible, con familia. En un principio, el papá de Nicolás iba a ser uno de los músicos, luego no pudo. Entonces tenía a mi papá, tenía a un amigo de mis papás que vive cerquita que es actor, tenía a una tía y un tío, tenía al papá de Tatan [Sebastián Vargas Flor, Fotografía y cámara], y ya. Lo último que nos quedaba era el puesto del papá de Nicolás que no sabíamos a quién decirle. Le dijimos a un man que es el que hace los arreglos de la casa, como en la familia pues; Don Armando. Un día vino a arreglar el baño y ya, yo lo vi y fue como “ush no marica, este man es espectacular”.
Santiago: Es que el man tiene toda la pinta. Es impresionante.
Juan Carlos: Es increíble. Y ya, lo armamos así entre nosotros. Después de tener esta idea muy ambiciosa de “La Gloria” fue como no pues, a la mierda, hagámoslo lo más casero posible.
¿Cuál fue la parte que más disfrutaron del video?
Satán: A mí la parte que más me encanta es la pareja haciendo las cabecitas y después se miran a los ojos. Muy increíble. La del ventilador también es muy chévere.
Santiago: La del ventilador es una chimba.
Juan Carlos: Esa fue idea del Profe.
Santiago: ¿Ah sí? Parce, ese pequeño detalle de “Nicolás y sus Fumadores”, uf, increíble.
Juan Carlos: Sí, es que es muy raro pero cada vez que hemos tenido una entrevista con una persona de edad [risas], con un señor mayor de cincuenta años, de verdad siempre nos presentan como “Nicolás y sus Fumadores” por alguna razón. Entonces ese era un chiste interno que teníamos que incluir.
¿Nos podrían revelar algunos detalles técnicos del videoclip? Cuéntennos un poquito sobre esa fascinación de filmar con formatos retro.
Juan Carlos: De nuevo creo que eso fue un poco una reacción por la frustración de lo de “La Gloria”, porque sí la pensábamos hacer full HD, traicionar un poco eso que veníamos haciendo de la baja resolución. Y eso se fue a la mierda, Juanita Ortega perdió mi cámara en un viaje, y fue como no, ya no tenemos nada. Ahí me encontré una cámara que fue la primera que tuvimos acá en la casa, que es demasiado picha ya. Es peor que lo que habíamos usado antes. Entonces fue como listo, si no se pudo chimba…y pues además queda bien como con esa cosa de bajo presupuesto, como desagradable, como de video familiar de una serenata de la familia incómoda que uno sabe que todos como que se caen mal. La hicimos con una cámara Hi8 y Juanita Ortega seteó las luces como si fuera un set de televisión como ordinario y ya [risas]. Fue un proceso todo familiar. Satán era el que nos ayudaba con los tiempos para no perdernos; era el asistente de dirección.
Santiago: Yo no hice nada.
Juan Carlos: El Profe no hizo nada. El Profe iba a hacer disque playback, y se fue a sacar plata y no volvió.
Santiago: Y me fui, y ya [risas].
¿Cómo fue la decisión de hacer la portada como un disco viejo de boleros?
Juan Carlos: Teníamos muchas referencias de videos pero también de las portadas de estos manes y la idea era algo que siempre hacemos, como inventarnos este grupo ficticio, que somos nosotros en últimas, como el grupo que toca en “Bailando Triste”. Es como una fascinación por la orquestica fracasada, por el grupo que no despegó. Entonces la idea era esa, hacer la portada de un grupo malo.
Santiago: Es como una fascinación con los chisgueros.
Juan Carlos: Sí, resto. Entonces siguiendo referencias de esos discos me inventé ese álbum.
¿Cómo hicieron para lograr el sonido de un bolero clásico en la grabación?
Santiago: Lo que me di cuenta es que sobre todo la parte de la percusión es lo que hace que realmente se acerque a un bolero clásico. El día que estábamos grabando nos pusimos a buscar cómo se toca un bolero en bongos. Aquí no tenemos bongos entonces terminamos fue haciéndolo con esa guitarra que está ahí [señala una guitarra acústica en el estudio] y Charlie la tocó como si fuera unos bongos. Eso fue idea de Satán.
Ese patrón de los bongos, combinado con una base que no se moviera para nada de shaker, y que la guitarra puntera sea una acústica de nailon creo que ayuda a que suene así. Pero sí creo que fue sobre todo la percusión y los coros. Casi siempre cuando hay un trío de voces es una voz que se queda quieta, una que se mueve, y una que se mueve en sentido opuesto. Eso es más o menos cómo se forman esos arreglos de tríos clásicos. Entonces pensando en todo eso se llegó a ese sonidito medio “boleresco”.
Juan Carlos: Ese shaker, ¿con qué fue que lo grabó?
Santiago: El shaker fue el tarro que tengo aquí donde meto el arroz [risas]. Era lo que mejor sonaba.
¿De dónde sale esa frase del principio del videoclip?
Juan Carlos: Eso empezó con “Corintios” en realidad, porque cuando la hicimos le pusimos “Corintios” por una razón muy estúpida, pero en ese momento pensamos que de pronto leyendo la carta a los Corintios en la Biblia nos podíamos inspirar y podía salir algo chévere, pero era una porquería, por lo menos la primera era horrible. Era lo menos inspirador del mundo. Pero tenía esa frase, que fue la única que me gustó, que es Pablo diciéndole al pueblo de los Corintios, “pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto”. Recuerdo que puse esa frase al principio del video como para darle un mínimo de sentido a ese título.
Después me pareció chévere repetir eso de ponerle algo así como todo noble y de alta cultura a la música que hacemos y sobre todo que hacíamos, que era como tan burda y tan poco eso. Entonces de ahí en adelante cada vez que he hecho un video, la mitad del tiempo estoy pensando en qué putas le voy a poner de epígrafe. Esta vez yo estaba desesperado porque no había nada que le cuadrara, y luego pensé en Les Luthiers, que al Profe y a mí nos gustan mucho y hay elementos en común. Como esa cosa de inventarse el músico ficticio fracasado y ser uno el que hace canciones a través de él. Entonces me puse a escuchar justamente un bolero de ese músico fracasado de Les Luthiers que se llama Johann Sebastian Mastropiero. El bolero habla de otra cosa, no tiene nada que ver, pero en un punto decía “ciertas cosas no deben olvidarse” y me parecía que ese tenía que ser el epígrafe.
¿No nos dijeron quién es este David Andrés Garzón de la letra?
Santiago: Como dijo Charlie, inicialmente no era ningún nombre sino era “ese man” o algo así, pero no sonaba bien “ese man” ni “ese tipo”, y en algún punto yo dije el nombre del man con el que hace muchos años una novia que yo tenía...ella se metió con el man. No fueron concretamente unos cachos, fue algo mucho más complicado que eso, pero el caso es que nunca se me olvidó el nombre, los dos nombres y los dos apellidos de ese man. Yo tenía eso en la cabeza y lo dije y estos manes se cagaron de la risa. Y Juan Carlos me insistió y me insistió que ese nombre se tenía que quedar ahí. Terminamos obviamente cambiando el nombre, no es el nombre original del man, pero es cercano.
Juan Carlos: Además era muy milagroso que Garzón rimara con “corazón”, era muy perfecto. Puro nombre del man de bachillerato.
¿Qué más hay en el tintero? ¿Ya están trabajando en lo siguiente?
Santiago: Hay otro tema que ya está listo que falta es mezclarlo, pero ya está todo grabado, y hay otro tema que yo creo que ya está la letra. Toca mirarla, pero ya está avanzada. De resto estamos jodidos.
Satán: Hay por ahí un par de maquetas que tenemos de hace rato y otra maqueta también nueva. Ahí hay de dónde empezar a darle a las letras sobre todo, que es lo que más falta.
Y así como una primicia de la siguiente canción, ¿qué onda tiene?
Juan Carlos: Sobre todo creo que no tiene nada que ver con “La Pena”, ¿no?
Santiago: Sí, absolutamente nada que ver, es más “darks”.
Satán: Sí, viene como de una maqueta que esta en YouTube, ¿no? De Nicolás C., que todavía está por ahí.
Juan Carlos: No me acordaba de eso, pero de hecho cuando hicimos Como Pez en el Hielo se quedaron un par de maquetas por fuera y esa es una de esas. Es una cosa que Nicolás tenía maqueteada ya desde el 2016. De hecho se había salido de Como Pez en el Hielo porque era un género raro, porque Como Pez en el Hielo sí tenia cierta unidad, y con esa canción era como “no, eso no tiene nada que ver, cómo lo vamos a meter”. Entonces creo que este es su momento.
Escucha “La Pena”: