Criaturas imperfectas: El álbum debut de Antílope

Escrito por G.

 
Portada de Antílope I por Simón Uribe.

Portada de Antílope I por Simón Uribe.

 

Pocas bandas graban en bloque hoy en día, tocando sus instrumentos en vivo en un mismo espacio. Prefieren grabar cada cosa por aparte, facilitando la perfección y la posibilidad de corregir errores. Esto tiene sus ventajas, pero la música, como el humano que la hace, nunca puede ser completamente perfecta. Esa búsqueda de la perfección es lo que le quita el alma a muchas producciones de hoy en día.

En su primer álbum homónimo, la banda bogotana Antílope abraza el error humano y lo hace parte importante de su sonido. Su debut lo crearon desde la improvisación y lo grabaron en bloque en Estudio Naranja en solo dos días.

“Hoy en día los discos son producciones, en el sentido en que uno crea música y la embellece y trabaja en pro de que eso termine siendo un producto muy bello”, explicó Daniel Ocampo, compositor, vocalista y bajista de la banda.

“Pero esta vez, un poco influenciado por lo que yo creo que es la manera en que veían los jazzeros sus discos, intentamos verlo más como si fuese una foto musical del grupo en ese momento. Una foto sin mucha pose, pensando más en que las canciones, en el momento de grabar el disco, eran una cosa que no eran antes de eso y no van a serlo después. Igual que las fotos con los seres humanos. Le permite a las canciones evolucionar mucho”.

Lo primero que se siente desde “Jardines Sin Sol”, la canción que abre el disco, es el nivel musical de todos los integrantes de Antílope. Colorean la canción con texturas cálidas y van llenando los espacios que deja la guitarra acústica con delicados arreglos que crecen hasta estallar en un impactante final distorsionado que recuerda a las dinámicas de The Bends de Radiohead. Es refrescante escuchar una banda local joven realmente experta en sus instrumentos.

Antílope es liderada por Daniel Ocampo, con Manuel Pascagaza en la batería, Juan Simón Ramírez en la guitarra, y Samuel Roldán en la guitarra y teclados. Influenciados por el jazz, el rock latinoamericano y elementos del rock progresivo y la música electrónica, se percibe una banda que aún no aterriza del todo en un sonido propio. Pero el viaje de exploración que representa su álbum debut es suficientemente interesante para acompañarlos con gusto.

El lanzamiento de Antílope I fue presentado por Ciudad Ausente, colectivo artístico y sello discográfico que se describe como “en la búsqueda de artistas y músicxs emergentes”. Su grabación estuvo a cargo de los ingenieros Antonio Suarez y Catalina Lozano, con grabación de voces por Santiago Rengifo y Camilo Amaya. El disco fue mezclado y masterizado por Benjamin Calais (matik-matik), y contó con invitados que aportaron mucho al resultado final.

Santiago Navas estuvo detrás de los elementos electrónicos de “Jardines Sin Sol”. Amantina tocó los sintetizadores en esa canción y el piano Rhodes en “Cruces”. El maestro de batería Jorge Sepulveda se puede escuchar en “Luna”, y el saxofonista Pipe Silva eleva “Caminantes” con un solo emotivo.

 
Antílope. Por @infructiferaa y @simioespacial.

Antílope. Por @infructiferaa y @simioespacial.

 

Las letras de Antílope I oscilan entre imágenes literarias y momentos de vulnerabilidad personal. Muchas de las canciones miran hacia la naturaleza y la mitología para encontrar paralelos de los sentimientos. Las canciones están pobladas por diferentes criaturas y espíritus, desde reptiles, serpientes y jaguares hasta bestias bíblicas en “Leviatán”, donde la angustia es un monstruo marino que se encuentra personificado en los sintetizadores de la canción. “Oggun”, la canción más corta del álbum, toma su título del nombre de un dios guerrero que aparece en diferentes tradiciones espirituales africanas.

Las metáforas de la naturaleza continúan en “Río Sultán”, un retrato del peregrinaje hacia la intimidad en una relación. De nuevo encontramos un potente crescendo al final donde el río titular nos revuelca y caemos por una cascada para salir purificados del otro lado.

El arte que acompaña el disco y los sencillos complementa este mundo onírico de las canciones. A través de ilustraciones sobre fondos abstractos basados en la naturaleza, el artista Simón Uribe logró capturar las sensaciones que genera Antílope con su música.

 
 

Arte para los sencillos de Antilope I por Simón Uribe.

Antílope suele comenzar creando paisajes íntimos que van creciendo y se van enriqueciendo a medida que progresa la canción. La banda entreteje elementos interesantes desde el primer momento, como el efecto de una cinta rebobinando que introduce “Jardines Sin Sol” o la inclusión de un famoso diálogo de la película Apocalypse Now (1979) que cierra “Sol Jaguar”.

En general, Antílope es un proyecto que se siente maduro y experimentado. Si hay algo que delata su juventud como banda es el sonido de la voz. En el momento más vulnerable del disco, el vocalista Daniel Ocampo reconoce ciertas dudas como cantante, dándole voz a ese crítico interno que todos tenemos: “Daniel, no sabes cantar, mejor dedícate al jazz”. Debo admitir que este guiño me conectó aún más con el álbum.

“Uno Más” comienza como una balada delicada de piano antes de llegar a la altura de un solo de guitarra con matices de “Shine On You Crazy Diamond” de Pink Floyd. No es el único momento que recuerda a los británicos. “Caminantes” empieza con guitarras acústicas similares a las de “Dogs” del álbum Animals, antes de desenvolverse en acordes tensos de guitarra eléctrica debajo de un juego de voces. El solo de saxofón de Pipe Silva es asombroso y renueva la emoción de la canción.

Momentos contemplativos abundan en el álbum, como en la canción “Luna”, que parece diseñada para romper con las expectativas del oyente. Al igual que el resto de Antílope I, es una invitación a no esperar gratificación instantánea sino a solo cerrar los ojos, escuchar y dejarse llevar. Para el cierre del álbum, Antílope incorpora ritmos latinoamericanos en “Cruces”, una meditación sobre un “pueblo de sal” y las “cruces sin nombrar” que todos cargamos.

Empecé a escuchar Antílope I a las 11:30 de la noche con la ciudad en silencio en medio de una pandemia y tras todo un día de protestas. Cerré los ojos, me relajé y dejé que Antílope me transportara a su mundo fantástico poblado por criaturas mitológicas, espíritus y monstruos. Un mundo profundamente humano.

Antílope. Foto por @simioespacial.

Antílope. Foto por @simioespacial.

Escucha Antílope I:


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