‘OK Human’: El lado íntimo de Weezer

Escrito por G.

Weezer. Foto por Brendan Walter.

Weezer. Foto por Brendan Walter.

Rivers Cuomo es un introvertido consagrado. A pesar de ser el líder y guitarrista de Weezer, una de las bandas de rock alternativo más icónicas de los últimos 25 años, de haber tocado en festivales y estadios al rededor del mundo, y de ser un confesado amante del hard rock de Kiss, Van Halen y Black Sabbath, lo que más lo hace feliz es estar en casa, aislado del mundo, tocando piano.

Su personalidad introspectiva atraviesa toda la música de Weezer, pero nunca antes se había encontrado tan al frente como en su nuevo álbum OK Human, un disco sobre los placeres de la soledad y los sentimientos de aislamiento y reclusión propios de nuestra época. Por primera vez en la historia de la banda, el álbum no cuenta con ni una sola guitarra eléctrica.

La corriente excéntrica de Rivers Cuomo ha estado presente desde los inicios de Weezer, cuando decidió cambiar la fama de su primer álbum por estudios de literatura en Harvard. La icónica portada del “Álbum azul”, como es conocido su debut, muestra a los integrantes como unos tipos tan ñoños que es difícil imaginar que sean los mismos encargados de la potencia power pop del disco.

Cuomo también ha estudiado informática, y a través de casi tres décadas ha ido refinando el sonido de Weezer hasta obtener una fórmula exacta. Guitarras distorsionadas y baterías contundentes debajo de melodías que se derriten como un helado de vainilla en el sol. Armonías copiadas y pegadas directamente de California en los sesenta. Coros gigantes, memorables y muy cantables. Y las letras de Rivers Cuomo, el eterno tipo marginado e incómodo que incluso a sus 50 años sigue componiendo con la misma sinceridad ingenua y cursi que a veces da hasta pena ajena.

Todos estos elementos siempre han estado ahí, pero para muchos fanáticos, la banda nunca ha podido llegar cerca a la altura creativa que alcanzaron en sus dos primeros álbumes. Hay joyas aisladas que atraviesan toda su discografía, como los mega éxitos “Hash Pipe” y “Island In The Sun” del Álbum verde (2001) o la menos conocida balada anti-drogas “Do You Wanna Get High?”. Pero en general, la historia de Weezer está repleta de intentos fallidos de volver al pasado.

Incluso en el 2014 lanzaron una canción donde Cuomo le pide disculpas a sus fans directamente, prometiendo volver a los encantos de los inicios de la banda. Pero Weezer ha roto esa promesa una y otra vez. La mayoría de sus álbumes carecen de la magia de sus primeros trabajos y la han buscado a través de la producción excesiva o con intentos de humor forzados. Su reciente álbum de covers abre con una versión sorprendentemente fiel de “Africa” de Toto, el equivalente auditivo a un meme del año pasado.

Increíble pensar, entonces, que quitar un elemento de la fórmula de Weezer iba a ser la clave para volver a encontrarse con su esencia, y que eso llevaría las melodías de Cuomo a otro nivel, creando las mejores canciones que han sacado en años. Al suprimir las guitarras eléctricas en su nuevo álbum OK Human, lograron justamente eso.

 
Portada de OK Human por Mattias Adolfsson.

Portada de OK Human por Mattias Adolfsson.

 

La historia de cómo nace OK Human es, al igual que muchas historias de este último año, llena de cambios de planes. La idea de Cuomo de hacer un disco de canciones más intimas empezó en el 2017, pero en ese momento les llegó la invitación para salir de gira con Green Day y Fall Out Boy en el HELLA MEGA TOUR.

Rápidamente se dieron cuenta que el álbum acústico en el que estaban trabajando era inapropiado para acompañar la gira. “Pensamos, 'OK, acabamos de hacer el peor tipo de álbum posible que podrías hacer antes de una gira de rock de estadios’”, le explicó Cuomo a NME. Lo aplazaron y se concentraron en otro proyecto, Van Weezer, un álbum celebrando su amor por el metal y el hard rock de los ochenta.

Pero los planes cambiaron de nuevo. Van Weezer estaba listo para salir en el 2020 para acompañar la gira, y ya todos sabemos lo que pasó. Llegó el COVID-19, se cancelaron todos los conciertos, las giras se volvieron una fantasía. De nuevo Weezer se encontraba trabajando en un disco inapropiado para el momento, pues siempre se entendió como un combo con la gira de estadios, bastante opuesto a la intimidad del aislamiento en casa durante la pandemia.

De repente, la idea anterior de un álbum de canciones íntimas con arreglos de cuerda sonaba más relevante que nunca. Cuomo y los demás, Patrick Wilson, Brian Bell y Scott Shriner, retomaron ese trabajo de la mano del productor Jake Sinclair, grabando todo con equipos análogos y acompañados por una orquesta de 38 piezas grabada en los estudios de Abbey Road. El sonido que fueron desarrollando para las canciones se apoya fuertemente en clásicos del pop barroco como Pet Sounds de The Beach Boys y el álbum Nilsson Sings Newman de Harry Nilsson.

Las letras, que parten de la vida íntima e introvertida de Rivers Cuomo, adquirieron un nuevo significado en un momento en el que muchos nos encontrábamos viviendo también aislados en casa. De alguna manera todos estábamos cumpliendo la fantasía agorafóbica del Cuomo de 24 años en la canción “In The Garage” de su primer álbum: In the garage I feel safe / No one cares about my ways / In the garage where I belong / No one hears me sing this song.

La otra corriente que atraviesa el decimocuarto álbum de Weezer es una preocupación un poco trillada pero sincera por los efectos nocivos de la tecnología y la adicción a nuestros aparatos. Por eso el guiño en el título al clásico de Radiohead de 1997, OK Computer, que también se preocupaba por los efectos de la tecnología en una sociedad cada vez más aislada y alejada de su humanidad. Pero mientras Radiohead decidió retratar esta realidad recurriendo a las máquinas y todo tipo de efectos futuristas, Weezer decidió tomar el camino contrario, volviendo a lo análogo, a lo acústico.

“Ahora, décadas después”, le contó Cuomo a NME, “no siento que esté en condiciones de tener ese tipo de fantasías tecnológicas. Eso se ha convertido en la norma”.

Cuomo es una figura curiosa para dar esta cátedra, pues diseña algoritmos para terminar sus composiciones y para desarrollar lanzamientos de la banda. La tecnología también se ha vuelto un compañero de su vida de ermitaño. En OK Human dedica la canción “Grapes of Wrath” al placer de escuchar audiolibros por la aplicación Audible; algo bastante propio del 2021.

Pero en general, la postura de Cuomo hacia la tecnología de nuestra época es antagónica. “Numbers” se destaca como una preocupación por las cadenas que nos generan las infinitas métricas a nuestra disposición hoy en día, cuando todo se ha reducido a datos y estadísticas. La obsesión por la cantidad de seguidores, de “likes”, de “streams” y de “views” es opresiva, y Cuomo quiere darnos ánimos.

Todos miran fijamente sus pantallas” proclama el coro de “Screens”. Aunque esta no sea una gran revelación en el 2021, Cuomo siempre ha sido un poeta de lo obvio. Pero lo obvio a veces esconde verdades profundas, y en este caso Cuomo, como padre de una adolescente, conoce bien la sensación de estar lejos de su familia incluso teniéndolos cerca. Su preocupación al ver a su hija consumida por las pantallas se deja vislumbrar entre referencias a videos virales de “slime”, “la nube” y la banda de K-pop BLACKPINK.

La pregunta clave que plantea la canción y que yace detrás de todo OK Human es sobre las implicaciones del avance tecnológico para nuestro futuro como humanidad. Si sigue progresando nuestra adicción a la tecnología como ha progresado recientemente, ¿dónde vamos a estar en unos años? Es una perspectiva realmente tenebrosa y oscura, cumpliendo la pesadilla futurista imaginada por Radiohead en 1997.

“Mi primera reacción emocional es una especie de horror y una sensación de pérdida y miedo”, dijo Cuomo en una entrevista con Audible. “Dios mío, si aquí es donde estamos ahora, ¿cómo será dentro de 20 años, dentro de 100 años? ¿Hacia dónde va nuestra especie?”, pregunta. Pero luego Cuomo toma una perspectiva desapegada. “Me recuerdo a mí mismo que todo esto está completamente fuera de nuestro control, y definitivamente fuera de mi control, por lo que no hay mucho que hacer al respecto, excepto sentarse a observar y maravillarse, y escribir un álbum al respecto”.

Los arreglos dramáticos de cuerdas en OK Human ocasionalmente hacen que uno espere algo más revelador y más profundo de sus letras, pero Cuomo no cambia su voz interior por nada del mundo, para bien o para mal. Sin embargo, el contraste funciona, y los arreglos compensan por las debilidades de las letras al mismo tiempo que las resaltan.

Apropiadamente, el álbum cierra con una reflexión sobre la extinción en “La Brea Tar Pits”, que lleva el nombre de los famosos pozos de alquitrán de Los Ángeles donde animales prehistóricos quedaban atrapados y posteriormente convertidos en fósiles. “Todos esos animales terminaron extintos”, explicó Cuomo a Upset Magazine. “Así que creo que fue una metáfora para estar sintiendo que el mundo ha evolucionado más allá de mí y que me estoy extinguiendo, y no importa lo que intente hacer, estoy atrapado aquí en este alquitrán”.

Si es verdad que Cuomo se está extinguiendo como tantos mamuts, no deja de luchar. Este mes de mayo, Weezer va a cambiar de rumbo otra vez con el esperado lanzamiento de Van Weezer. En una reciente entrevista con NPR, Cuomo comparó hacer música con recibir un masaje: si te masajean el pie derecho, de repente vas a querer un masaje en tu pie izquierdo. “Necesitas ese equilibrio. Así es la música para mí”, dijo. “Si hago lo de la orquesta, luego quiero destrozar con la guitarra por un tiempo”.

A lo largo de su historia, tras todos los cambios, todos los intentos a medias y los viejos trucos, lo que ha impedido que Weezer se extinga o se vuelva irrelevante es la increíble capacidad de Rivers Cuomo de componer melodías desgarradoras y pegadizas. "En el fondo, todavía tengo muchas de las mismas necesidades como oyente y como fan de Weezer yo mismo”, le contó Cuomo a NPR. “El coro tiene que animarme mucho, y tengo que sentir ese estremecimiento. Incluso si comenzara a escribir un álbum muy suave, creo que seguiría modificando la canción hasta que terminara elevándome en el coro. Es algo que mi cuerpo necesita".

Su habilidad con las melodías por sí sola lo pone en la misma categoría que sus héroes musicales, y es algo capaz de trascender toda la torpeza de Rivers Cuomo como persona. Es su más grande logro, su más grande aporte para los humanos que escuchamos su música. Porque incluso en un futuro dominado por las máquinas, una buena melodía nunca va a ser obsoleta.

Weezer OK Human Studio.JPG

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